
Los
rayos X se producen siempre que se bombardea un objeto material con electrones
de alta velocidad. Gran parte de la energía de los electrones se pierde en
forma de calor; el resto produce rayos X al provocar cambios en los átomos del
blanco como resultado del impacto. Los rayos X emitidos no pueden tener una
energía mayor que la energía cinética de los electrones que los producen. La
radiación emitida no es monocromática, sino que se compone de una amplia gama
de longitudes de onda, con un marcado límite inferior que corresponde a la
energía máxima de los electrones empleados para el bombardeo.
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