lunes, 22 de abril de 2013

Guillermo Roentgen


Roentgen estaba investigando los conocidos rayos catódicos para encontrar nuevas propiedades topándose accidentalmente con algo novedoso; sin motivo aparente apareció una luz verde cerca del tubo donde fluían los rayos catódicos para encontrar nuevas propiedades y precisamente en una pantalla que estaba cubierta de cinurio de bario que se encontraba en la mesa. La pantalla absorbía unos rayos invisibles y desconocidos y los volvía a radicar con la luz verde y a estos rayos los llamo rayos X .

Los rayos X se producen siempre que se bombardea un objeto material con electrones de alta velocidad. Gran parte de la energía de los electrones se pierde en forma de calor; el resto produce rayos X al provocar cambios en los átomos del blanco como resultado del impacto. Los rayos X emitidos no pueden tener una energía mayor que la energía cinética de los electrones que los producen. La radiación emitida no es monocromática, sino que se compone de una amplia gama de longitudes de onda, con un marcado límite inferior que corresponde a la energía máxima de los electrones empleados para el bombardeo.   

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